sábado, 7 de marzo de 2009

Sol de invierno

  • Cuentan que uno de los trabajos de Hércules consistió en robar unas "manzanas de oro" que crecían en el jardín de las Hespérides y tenían la virtud de otorgar la inmortalidad, al parecer éstas codiciadas frutas no eran otra cosa que naranjas. Su nombre en latín "aurantia", hace referencia a su color oro. Nuestra palabra naranja, proviene del árabe, del sanscrito "naranga" que quiere decir, "perfume interior", en alución a su fragante pulpa. Los cítricos, en general. son originarios de zonas tropicales y subtropicales de Asia, y vienen rodando en nuestras mesas desde hace miles de años.
  • Las naranjas dulces iniciaron su conquista del mundo desde el sudeste de China, su cultivo posiblemente haya sido introducido en europa por los romanos: los frescos de la malograda Pompeya atestiguan que ya se cultivaban naranjos cien años antes de Cristo. Los árabes las popularizaron en España y desde alli saltaron al Nuevo Continente.
  • La naranja y su jugo son fuente exelente de vitamina C, ácido fólico y betacaroteno, sustancias con propiedades antioxidantes y estimuladoras del sistema inmunitario, por lo que resultan muy beneficiosas para la prevención de enfermedades.
  • La vitamina C es fundamental para muchas funciones del organismo, participa en la respiración celular y en la formación del colageno.
  • Esta vitamina se destruye por acción del calor y del sol
  • Conviene exprimir los citricos justo antes de beber el jugo para no perder sus propiedades.
  • Sus aplicaciones en la cocina son infinitas, su jugo y pulpa se pueden agregar en salsas y marinados, así como a masas de repostería. Las naranjas conbinan a la perfección con quesos y ensaladas verdes.
  • Cualquiera sea el modo de preparación, la naranja trae a nuestras mesas, en pleno invierno, un poco de luz y el calor del verano.
A consumir naranjas éste invieno, y.... claro, todo tipo de frutas y vegetales ricos en vitamina C. Hasta pronto